El día de ayer leí un comentario de parte de un amigo muy querido que dice así:
"... Pero yo pienso que si la misericordia de Dios no viene por Su justicia, sino por Su gracia. Yo no quiero la justicia de Dios, porque sé que caería muy por debajo. Quiero su gracia, la cual me da lo que no merezco."
Realmente entiendo el punto, si Dios fuera justo con nosotros y nos pagara como merecemos, no tendría otra opción mas que destruirnos. Romanos 6:23 dice: "Porque la paga del pecado es muerte..."
También estoy de acuerdo en que debido a su gracia se nos paga con algo que no merecemos (la vida, vida eterna). Romanos 6:23 "... mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro."
Sin embrago, yo pienso que la misericordia de Dios no solo viene por la gracia sino también mediante su justicia. Por que si la misericordia solo viniera por la gracia, seria injusta, y antes de apoyar lo que digo con textos bíblicos, permitanme completar mi pensamiento. Según lo que expongo, tiene que haber una manera de combinar la justicia y la gracia en la misericordia. Veamos que dice la escritura.
Romanos 5:
21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
El apóstol Pablo en esta cita declara, que la gracia debe reinar por la justicia para vida eterna, es decir, hay una forma en que la gracia sea justa y esto se logra mediante la obediencia.
¿Obediencia? Si, obediencia. Recordemos que la misericordia de Dios debe ser atravez de la gracia y la justicia, por lo tanto, la justificación del hombre debe ser en dos etapas, justificación por fe (esto es que por gracia se te otorgue algo que no mereces) y justificación por obras.
Antes de que me tachen de hereje y legalista permitanme mostrarles lo que dicen las escrituras con respecto a este tema.
Santiago 2:
21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
El apóstol Santiago declara que no solo somos justificados por la fe, sino por la fe y también por las obras.
Por una parte el apóstol Pablo dice que la justificación del hombre es por fe, sin las obras de la ley.
Romanos 3:
28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
Y por otra parte el apóstol declara que el hombre es justificado por las obras de la ley.
Romanos 2:
6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;
[...]
13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
Incluso declara que la retribución, ya sea vida eterna o no, se paga conforme a las obras y también que son los hacedores de la ley, los justos ante Dios. Dios declara justo o no a cada quien y les paga según sus obras, "vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad" o "ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia".
Nuestro Señor declaro lo siguiente.
Mateo 16:
27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
Ahora, pero ¿Por que dice Pablo que el hombre es justificado por fe, sin las obras de la ley?
voy a tratar de responder este punto de la forma mas corta y sencilla posible.
Como mencione antes, la justificación del hombre, es en dos etapas:
1.- Justificación por fe
2.- Justificación por obras
Romanos 6:
22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
En este texto se ven estas dos etapas.
Primero, confiar en el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo (y no en nuestras propias obras) para alcanzar libertad del pecado y poder ser siervos de Dios. De tal manera que somos hallados justos por fe, y no por obras.
Debido a nuestro pecado, estamos destituidos de la Gloria de Dios, y no había nada que nosotros pudiéramos hacer para saldar nuestra deuda, nada de lo que pudiéramos hacer nos recuperaría el favor de Dios y nos otorgaría salvación, solo nos quedaba recibir el castigo.
Ahora, gracias al sacrificio de Cristo es que podemos presentarnos confiadamente delante del trono de la gracia, debido a que el cargo nuestros pecados sobre si y nuestros pecados han sido expiados, es por eso que Cristo nos presenta como si nunca hubiéramos pecado.
Como esta escrito: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29), y tambien: "el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados".
Isaias 53:
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Gracias a este sacrificio, se nos da el derecho de la salvación, y nada, repito, nada de lo que pudiéramos haber hecho habría bastado para pagar esta deuda. De esta manera, somos justificados por fe, sin las obras de la ley. Todo lo que tenemos que hacer, es creer en el Señor y aceptarlo como nuestro Salvador personal.
Esta justificación nos da el derecho de la salvación, nos da el derecho de entrar en la Nueva Jerusalem.
Pero ya habiendo creído en el Señor ya habiendo sido justificados por la fe, ya habiendo sido libertados del pecado y habiendo sido hechos siervos de Dios aun nos resta algo.
Romanos 6:
22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
Debemos ser santificados, debemos ser hallados justos mediante nuestras obras como dice Romanos 2:13.
Cristo hacia una encomienda después de obrar milagros en favor de los necesitados, "Vete, y no peques mas" (Juan 5:14 y 8:11). La voluntad de Dios es nuestra santificación (1 Tes. 4:7).
Debemos llegar a ser santos, completos o perfectos como dice el Señor (Mat. 5:48) y esta no es una tarea personal, sino una tarea colectiva, la cual involucra a todo el pueblo de Dios, y esta es la razón por la cual, Dios da dones a su iglesia.
Efesios 4:
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Nuestros diferentes dones son para ayudar a los demás a llegar a la perfección, a llegar al conocimiento del Hijo de Dios, para poder llegar a ser un varón perfecto a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Cuando logremos esto, podemos llegar a decir como el apóstol Pablo, "ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi".
La justificación por las obras no nos otorga el derecho de ir al paraíso, lo que nos da es el carácter para poder pertenecer junto a Dios, nos declara en santidad, santidad sin la cual nadie vera al Señor (Heb.12:14).
De esta manera podemos ser juzgados como si nunca hubiéramos pecado (gracias a la justificación por la fe) y podemos ser hallados santos (gracias a la justificación por las obras).
De esta manera, Dios puede mostrar su misericordia combinando la gracia con la justicia.
Queda en nosotros, buscar a Dios, acercarnos a El, aceptarlo como nuestro Salvador personal, y permitirle entrar en nuestro corazón y que transforme por completo nuestra vida para santificación.
IRC